La población de Vinaroz, próxima a los Alfaques, en el delta del río Ebro, ya en territorio catalán, es el puerto más septentrional del litoral valenciano, en la costa de la provincia de Castellón de la Plana.
Esta población perteneció a la orden de Montesa fundada por Jaime II de Aragón el año 1319 en la capilla del Palacio Real de Barcelona, previa aprobación el año 1317 por el papa Juan XXII. La citada orden de Montesa, que aunaba su vocación religiosa al servicio militar, también unió al título citado el de la orden de San Jorge de Alfama, creada el año 1201 por Pedro II de Aragón para la defensa de las tierras meridionales de Cataluña, cuando eran frontera del Islam.
La nueva fundación recibió, junto al patrimonio de la citada orden de San Jorge de Alfama, los bienes que había acumulado en la corona de Aragón la orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón o Templarios, promovida tras la primera cruzada por Hugo de Payns, entre su fundación, el año 1119, y la extinción el año 1312, por mandato del papa Clemente V.
Los maestrazgos de ésta y de las restantes órdenes militares españolas serían incorporados a la corona española, ejerciéndolos sus monarcas; la situación se mantuvo en dicho régimen hasta que en los siglos XIX y XX la orden de Montesa, como las restantes órdenes militares españolas, sufrieron sucesivas aboliciones y restauraciones. Actualmente las órdenes militares subsisten como asociaciones honoríficas, inscritas en el registro del Ministerio del Interior; asimismo mantienen, al menos nominalmente, sus objetivos iniciales:
La santificación personal.
La celebración del culto divino.
La defensa de la fe.
En la patente de sanidad emitida por Vinaroz el 19-12-1791 aparece como encabezamiento una vista de pájaro de la población vista desde el mar Mediterráneo, por el que surcan diversas embarcaciones, mostrando la fachada marítima de la población, con torres defensivas integradas en el caserío e iglesias destacadas por torres, espadañas y cúpulas.
Protege la población una sacra reunión sobre nubes presidida por la Virgen de la Misericordia, representada en su Asunción, descalza, vestida con estampado de flores, con los brazos abiertos para acoger a sus devotos, sin corona, pero con halo radiante, orlada por una mandorla floral, que también incluye nubes.
La Virgen aparece flanqueada por los santos Roque, como peregrino, con bordón, mientras bendice, acompañado por un perro con rosca de pan en la boca, y Sebastián de Milán, representado en el primero de sus martirios, amarrado a un árbol, con cinco flechas clavadas en su cuerpo, sólo cubierto por un paño de pureza y, en bandolera, una banda centrada por el símbolo del crismón, anagrama formado con las primeras consonantes del nombre de Cristo en griego.
Todos los miembros de la citada corte celestial son copatronos de esta población, que cuenta sobre una elevación destacada con la ermita de la Virgen de la Misericordia, San Sebastián y San Antonio, en memoria de la antigua advocación del edificio, o de los Santos Patronos, situada a unos 6 kilómetros del núcleo urbano, sobre la colina titulada el Puig de la Misericordia.
La autoría del grabado aparece identificada con la leyenda: “Antonio Piñol de Vinaroz. Fecit. Año 1791”.
Antonio Piñol fue un calcógrafo probablemente natural de Vinaroz (Castellón de la Plana), donde figuran varios miembros con dicho apellido. Debió de trabajar a caballo entre los siglos XVIII y XIX.
Antonio Gil Albarracín
Doctor en Historia
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