En la población siciliana de Mazara del Vallo, situada en el extremo occidental de la isla se emitió una patente de sanidad el 6-4-1819 que figura encabezada por el escudo abreviado de Fernando I del reino de las Dos Sicilias, hijo de Carlos VII de Nápoles, que a partir de 1759, se convertiría en Carlos III de España, dejando a Fernando como heredero de los tronos italianos de Nápoles con el ordinal de IV y de Sicilia con el de III. Tras el periodo de la República Partenopea, impuesta por las armas napoleónicas, ambos reinos se unificaron el año 1816 en el de las Dos Sicilia, en el que inició la numeración, reinando con el título de Fernando I una década, hasta 1825, en que falleció.
Aunque la mediocre impresión de la patente impide mayor precisión, en el escudo abreviado de Fernando I se puede distinguir en jefe los emblemas de Parma, Castilla y León y ducado de Toscana, bajo ellos el de Austria y probablemente el de Borgoña moderno, en punta el escudo de los Farnesio y en escusón central las tres flores de lis de los Borbón-Anjou; el escudo va timbrado por corona real cerrada; todo ello sobre un águila explayada, que gira a su derecha la cabeza, también coronada. El trabajo deficiente del impresor impide dilucidar si el escudo lleva condecoración o ha motivado alguna involuntaria confusión.
Bajo el blasón real, incluidas en cuadros rectangulares, se sitúan las representaciones de la corte celestial que protege la población.
San Antonio de Padua, sobre tierra, con halo radiante de santidad y hábito franciscano, sujeta al niño Jesús con su brazo izquierdo y sostiene un ramo de azucenas con la mano derecha; en el documento se califica como protector de la población
La Inmaculada Concepción, envuelta por nubes, sobre la luna y con la cabeza orlada por la corona de estrellas, indicando en el texto que es la principal protectora del reino.
Jesucristo, también en tierra, también con halo radiante de santidad, va vestido con túnica y capa recogida con su mano izquierda, a la vez que sostiene el orbe, mientras bendice con la derecha a la población de la que es patrón.
San Vito, natural de dicha población, también en tierra, aunque rodeado de nubes, igualmente con halo radiante, entre dos perros; martirizado a comienzos del siglo IV. Se representa con la palma del martirio en la mano derecha y una cruz en la izquierda. El nombre de San Vito va asociado a una enfermedad nerviosa denominada como mal de san Vito, pues las personas aquejadas solían peregrinar a la ermita de San Vito de Ulm (Alemania) en busca de la curación. Este mal ha sido identificado por la moderna medicina con trastornos diversos, como la enfermedad de Huntington, producto de un trastorno genético hereditario, y el mal de Sydenham, producto de una infección bacteriana.
Un sello de cera en su esquina inferior izquierda valida el documento, en el mismo a duras penas se puede apreciar el escudo heráldico de la población formado por una muralla mazonada abierta por un arco de sable, cruzado por una faja de oro; de ella emergen a la derecha heráldica (izquierda del observador) un antiguo minarete coronado por una cruz y a la izquierda un castillo mazonado y almenado, al que se suman tres torres igualmente almenadas; entre ambos edificios prominentes, sobre la puerta indicada se sitúa la figura del Salvador, de tamaño equiparable a la torre y al castillo, que sostiene un orbe con su mano izquierda, mientras bendice con la derecha; el escudo va timbrado por corona real abierta y orlado en círculo por una leyenda, pero la deficiente conservación del citado sello impide su lectura.
Antonio Gil Albarracín
Doctor de Historia
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